Lo he estado pensando y no quiero que me relacionen ni juzguen con nada más que mis propias palabras y movimientos, mis acciones.
Propongo a mis textos dentro de la corriente Real Onda (under) Memera (memística), conectada con el Real Visceralismo del que habla Roberto Bolaño en Los detectives salvajes, la Literatura de la Onda de la que José Agustín y Parmenides García Saldaña eran parte, así como la Memética como lo plantea Richard Dawkins en su libro El gen egoísta.
Influenciada de igual forma por el existencialismo de Hesse de Dostoievsky, el periodismo Gonzo de Hunter S. Thompson y los poetas Beatniks. Por los poetas malditos Baudelaire y Rimbaud, el Rock psicodélico de Frank Zappa, Jim Morrison, Pink Floyd, Carlos Santana, la electrónica en Daft Punk, Justice, Gorillaz, Renosaurio, por el Reggae de Zona Ganjah, de Modoro, por la música de Yann Tiersen, las películas de Luis Estrada, Vincent Gallo, Almodovar, Luis Buñuel, Fernando Frías, por Carlos Fuentes y su maestro Octavio Paz, por Sócrates y su alumno Platón, por Quevedo, Thomas De Quincy, por Robert Louis Stevenson y leer a Arthur Conan Doyle, Goytortúa, Altamirano, Nicanor Parra, Sabines, Benedetti, Borges, Bioy Casares, Cortázar, David y su padre Efraín Huerta, por los Franciscos Aguilar arriba de mi vida y mi padre César, por mi abuelo Juan Vicente Larios, por mi madre Lidice y mi abuela Victoria, Elvira la que me acercó a la religión y Buda que me enseñó correctamente el budismo y Josema la hermenéutica y el hinduismo.
La sociedad de po(rr)etas muertos conformados por Chris Muerto, Maggy, Chachú, Frida y Max.
A todos mis maestros, maestras, padres, madres y hermanos en esta vida, ustedes me han influenciado en esta corriente que yo no he hecho más que nombrarla.