En la pandemia, el uso desbordado de redes sociales y correo electrónico añadió una brutal acumulación de basura de palabras sobre el bagaje ya existente, cuyos límites aún no dimensionamos. Al morir, nuestra huella de lenguaje se queda en un lugar no-físico, pero incuestionable. ¿Cómo se reflejan estas preocupaciones en la literatura?
Cátedra Extraordinaria Carlos Fuentes de Literatura Hispanoamericana.
Sede
Sala de Conferencias MUAC