Lo que me gusta de las lecturas de poesía es que se junta el mismo tipo de presuntuosos y entre ellos se alimentan de sus propios aplausos. Incrédulos de la emocion que genera la lectura con tono pedante a sus amigos y conocidos, a gente que no lo entiende nada pero alaba por poder participar en este espectáculo de imitaciones y pretenciones.
Lo que más me gusta de los parques son los que habitan como los pájaros a los árboles. Despiertan entre colchas empolvadas sobre el piso frío. Acomodan su changarro que a veces cabe todo en una bolsa de basura negra, de las grandotas. Que libres de todo prejuicio piden cínicamente algo concreto: comida, agua, un peso para completar para un taco. Que sin mayor problema encuentran un sitio para hacer sus necesidades o discursos en el público como en privado.
Lo que menos me gusta del internet es lloriquear en las redes sociales sobre lo que más me desagrada. Todos pueden comentar y escribir, defender sus posturas, gustos, sesgos, todos valemos iguales y tenemos derecho a este micrófono integrado que nos une en un juego absurdo.