MANIFESTO
Le debo más a los que me han herido de lo que me atrevo admitir constantemente
La protesta como acto de expresión. En las calles a veces veo cosas difíciles de ver. A tantos niños de corta edad pidiendo dinero desamparados y quisiera tener todo el dinero del mundo para dárselos. Me acuesto en el pastito ya muy largo de uno de los parques donde más he pasado tiempo, o a veces voy a corer a La loma y encuentro en ella un sitio con poco alumbrado público y la seguridad no me hace sentir seguro.
Veo en muchos sitios estancados a personajes que entre las drogas y la guerra del narco tratan de sobrevivir de sus maneras más nobles posibles. La protesta es la ley de la calle. La protesta puede ser, en definitiva algo grotesco, evidentemente más cuando grotesco es lo que señalan: es duro ver la realidad con los ojos de recién nacido: todo encandila.
La luz no es tan sublime y deliciosa en nuestras primeras horas pero aprenderemos con el paso de nuestro tiempo y lenguaje en el mundo a llamarla y reconocerla igual que la sabiduría. Tan rico y refrescante como un manto sagrado, como el agua del río dulce. Encontrar en el ocio las horas más sagradas tanto como en el recreo el mejor momento para estar con los amigos.
Te acercas a un espacio dañado y ves como todos son indiferentes y sientes terrible rabia por no poder ser comprendido. Tu mente no sabe qué decir y lo más importante es grabar algo en grande en la barda: pinche gobierno puto.
Todos sabemos quienes son los que tienen esas aspiraciones de volverse lo que hemos sufrido todo este tiempo y reconocido desde la era de los periódicos. Cuando eso era algo relevante. Los memes han sacralizado las burlas pero también demacrado la palabra.
Mi abuela me cuenta su madre la regañaba de leer y ella escondida debajo de su cama en un rancho de Nayarit leía sus libros que consideraban endemoniados. Mi abuela siempre tan erudita como muy pocas, pero sumisa como muchas mujeres de su generación. Una santa, una diosa, una crítica hermosa, preciosa. Victoria es la Victoria más grande que existe. Victoria es mi única victoria, mi madre. La madre de mi madre. La señora más grande en vida y la que mi corazón siempre tendrá más cerca que alguna otra.
La protesta a veces es dura pero también una pintura tan fresca y bien ejecutada buscando impactar y aludir al imaginario. La protesta puede ser despiadada pero también creativa, artística y sublime como cualquier conquista desde Magno hasta Hidalgo, pero también Bolivar y Buda, también las ficciones que reflejan la realidad. Todos vimos La ley de Herodes. Los crímenes del padre Amaro tiene unos versos preciosos del viejo testamento que recito en mi mente cada que puedo. Todos vimos La dictadura perfecta y seguimos sin querer leer La silla del Águila. Todos sabemos del Rock en México y de los Punks y de la tecnología comiéndonos tal cual Mr. Robot pero no queremos aceptarlo y a veces veo tags de Anonymus o no sé, una simple crítica al jueceo de un evento, un video de alguien dando una explicación de una cosa u otra sobre la música electrónica: que si complextro, que si house-tech-minimal es muy difícil saberlo todo.
La protesta es hablar de algo que nos hemos vuelto muy indiferentes como sociedad: desde el respeto a la vejez hasta los desfalcos gubernamentales, desde la corrupción, la tecnología y la violencia de género hasta las traiciones maritales, el narcogobierno, las federaciones de estudiantes dinosaurios y lo sindicatos secuestrados por figuras autoritarias.
A mi parecer: la única manera incorrecta de protestar es no hacerlo.
Artículo por Urb4no.net/ :
VERSIÓN 2:
Un comentario en “LA PROTESTA en la Urbe / ELECTRO DANCE ARTI — URB4NO.”