Arti empieza contándote la historia del juego de sueños de la noche pasada. Justo ayer. Ansioso por la manera en la que volaba y luego dejaba de tener la habilidad. Luego en otro atorado en un tráfico que era mejor bajarse y caminó y caminó y caminó hasta un semáforo rojo. Conducía luego por una curva interminable pero sus ojos, pesados como los juicios de cualquiera se cerraban, caían y caían. No podía no dar contra el muro de contención y despertar un poco pero imposible era escapar el sopor. Casi se pinchaba el brazo para despertar pero nada pasaba.
Adelante un motociclista. Con chamarra de cuero y todo. Se guarda el celular antes de esconderlo en su bolsillo negro como su mochila y casco. Puedo sentir el calor de la acera a través de sus botas, también negras, de los árboles y del carro que
Viene atrás un sonido de alarma. Una patrulla o ambulancia. Los bomberos no sé. Es una patrulla y nadie se alarma ni molesta en dejarla pasar o hacerse a un lado. Una estúpida sirena con uno o dos babosos con algún enjuiciado o en camino por uno.