Creación

Con algo de temor e inseguridad me adentro a la poesía: en todo lo demás ya he fracasado. La poesía es como un fracaso constante, una sensación de melancolía, sufrimiento y asco seca. La poesía también puede ser cura, puede ser reclamo, la poesía es como un mar grande en el que uno se sumerge y siempre sale distinto a cómo entró: uno siempre ha de salir mojado. Muchas noches he pasado en vela pensando en decirlo y mi pretexto es este, encontrarme en el presente y perdurar insuficiente, así bien pues que lo diré: lo poesía no es poca cosa pero tampoco ha de ser del todo complaciente. La poesía es una maldición que acecha e incansable persigue la luz del día, cuando esta se extingue es la poesía la que alumbra alcantarillas. Decidido a ser escuchado y leído y con esto quedar como un eco que se borra, como el cursor que desaparece con su uso reducido. La poesía es la mancha que estoicamente resiste el trapeador de la calma, es el trueno que levanta a uno con la palabra chingada en la lengua. He dormido y me he soñado despertando, de nuevo molesto pienso que el insomnio es la poesía acumulada tras los párpados.